Como el lector no llegaba, el escritor salió a buscarlo, por si se había perdido. Su cabaña estaba apartada, en un paisaje ideal. Sobre una cumbre divisó una silueta: ¿Eres el lector? Le gritó, agitando la mano. El otro le devolvió el saludo, sonriente, sin entender nada.
Heartguitar
buuuuf, rellenaría un par de folios sobre lo que acabas de sacar a la luz: la "profesión" de escribir, su responsabilidad y su "relación" (o no) con quién lo lee. La metáfora está muy bien elegida.
ResponderEliminar@juanxxi
ResponderEliminarLos escritores que construyen sus pequeños refugios en areas apartadas tienen estos problemas. Los que viven junto a la autopista ni se los imaginan.
Es genial. Se plantea tanto... en tan pocas palabras. ¿Logra comunicar el escritor? ¿Se reinventa el escrito en cada lector? Se "ven y se sonríen" pero ¿descifran el mensaje?
ResponderEliminarCoincido con los comentarios anteriores. Además, me gusta tu originalidad para plantear un asunto así en forma de microrrelato
ResponderEliminarMuy sugerente mr. en tan pocas palabras. ¿Por qué se escribe? Tal vez para vivir otras vidas, expresar otras emociones, para las que uno se encuentra incapacitado si no es escribiendo. ¿Y el lector? Podría ser el espejo donde nos miramos para ver como nos ha quedado el traje, que ya nos ha sido robado , para dejarnos desnudos ante nuestras propias palabras.
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