sábado, 3 de marzo de 2012

Inolvidable

En una despedida para siempre, tres colegas, tres amigos, de diferente edad, depositaron una rosa roja cada uno. Nunca se van a marchitar esas flores ni el el significado que tenían. Tampoco ese recuerdo... de una acción sencilla.
Donde hay flores, dibujadas, artifiales,
reales, allí se pierden sus ojos. En ese lugar le hubiera gustado repartir una cuantas, pero, en aquel momento, no había ninguna a su alcance. Las mejores flores somos nosotros, le dijeron. Inolvidable argumento.
Arena

viernes, 2 de marzo de 2012

Anhelos

Tal vez pronto vuelva a probar el sabor de tus susurros y el tacto de tu deseo encendido.

Sigo necesitando el aroma de tu calor y las caricias de tu reflejo en mis ojos.

Sueño con volver a retener entre mis dedos el sonido de tus ansias redimidas y el clamor callado de tus besos.

Pero, mientras llega el momento de saldar las deudas contraídas con nuestros cuerpos, me dedico a mirar acariciar oler oir saborear los arabescos imposibles que dibuja tu sombra junto a mi cama desnuda.

Cronopio

jueves, 1 de marzo de 2012

Cruces y giros

Reconocieron sus voces, a pesar de los años transcurridos y del ensordecedor ruido reinante.

Se disfrutaron de nuevo: frente a un café, deambulando por callejas y parques, entre las sábanas revueltas en aquel viejo cuarto de hotel... al abrigo tibio de tempestades y tumultos.

Recuperaron una infinitesimal parte del tiempo perdido, pero a pesar de saber que seguían estando en deuda con el destino, cuando se despidieron, degustaron el dulce sabor que deja en la boca la derrota del olvido.

Cronopio


Tiempo muerto

Se aventuraron a un festejo de cuerpos con voluntad de alquimista, deseo de adolescentes y ánimo de conquista del far west. Se les escapó la noche persiguiendo quimeras y alcanzando nuevas posiciones de partida en un bucle agotador.
Entre zumos, risas y despertares en lagos de recuerdos enroscados, la luz fue clareando tras las cortinas del cuarto de un hostal de medio pelo. Con olor a rápido olvido.
Con olor a tiempo muerto.
Albada

Fuera de la oficina

Cuando a ella se le escapó el mechón de la sien, revelando un viejo cansancio, ambos entendieron que lo mejor era despedirse. Disimulando el mutuo desengaño, quedaron en seguir con su amistad en la oficina y en un abrazo sin deseo se besaron.


Eso sí, cada uno desde el lugar lejano donde se encontraban fuera de esta dimensión de tres coordenadas a la deriva.


Qué he hecho yo para merecer esto

Insinuante, con su inconfundible aroma, se exhibía robusta y seductora. Mis ojos fueron directos a ella. Provocativa, con ese precioso color doradito, dejaba intuir el deleite con solo su presencia. Reconozco que sentí mariposas en el estómago y una repentina euforia. Levanté la mano y justo cuando me iba a decidir, mi mujer, que no es tonta y sabe de mis debilidades, me dio un manotazo y se dirigió al camarero "por favor una francesa, sin sal y sin aceite".

MÚSICA

El aire hacía remolinos extraños,espirales de color azul intenso con auroras de colores y olor a incienso.Era que los ángeles,con sus alas,aplaudían músicas celestiales.
Al despertar escuchó canciones de ahora y de antes, divinas por igual, seleccionadas para todos los gustos. Las que quedan mas allá del espacio y el tiempo
Arena

miércoles, 29 de febrero de 2012

Isquemia veneciana

En uno de esos fenómenos inexplicables hasta para los más expertos, el mar Adriático ha retrocedido dejando a Venecia alejada de la costa. Los venecianos se frotan de rabia los ojos viendo el sucio fondo de sus canales, repleto de varados esqueletos de góndolas. Un niño recoge monedas entre el fango y una voz lejana y temblorosa emula a Charles Aznavour. Ha empezado a llover. Los vecinos observan cómo cae el aguacero sobre esas sedientas venas esperando, en vano, que alguna góndola se mueva.

country49


La última batalla

Zarandeado, envuelto en el prístino color de la rabia de aquella naturaleza que había pactado con su destino la tempestad perfecta, Diego Martín, marinero de la Girona, intuía la escarpada costa de Irlanda frente a él. En aquel torbellino de agua, furia y miedo, apretó el anillo, se encomendó a su Dios y se despidió de ella, minutos antes de que la galera se estrellara contra el acantilado. Murió sin saber que su anillo sobreviviría en siglos a la Gran Armada, en un recóndito museo irlandés.

mj


Evolución

Las aceras ya no son grises. Ni el cielo. Ni tan siquiera es gris ya la niebla.

El trasiego de sombras se ha convertido en una danza nada macabra. Y, siguiendo el ritmo marcado por sus pasos medidos, bailan el tiempo y el espacio, abrazados sin pudor, en mitad de la calle... a la vista de todo el mundo.

Cronopio

41 Brodmann Street

Extirpó sin mesura impulsos que antes fueron vibraciones y aun antes, sonidos. Rastreó su metamorfosis en rampas circulares y pétreos laberintos. Los persiguió por complejos tendidos sinápticos, por inextricables cruces de enmarañadas vías. Cuando acabó, una fina lámina, trasunto de sábana gélida, blanquecina y acuosa, se extendió sobre él.
Sound of silence.

Ajedrez

Era algo más que una partida de ajedrez. El objetivo, en esta ocasión, frente al amigo de la infancia, no era decapitar al rey blanco. Ganaría si lograba quedar "en tablas", y a ello se aplicó, con tanta intensidad que, cuando el adversario tumbó el rey negro, la frustración le invadió desde su mirada.
Nada, ni su mano tendida podrían hacerle recuperar la fuerza motriz que les invadía en las noches convertidas en ring de boxeo defendiendo teorías en el Seminario.
Albada

CROQUETAS O EL ARTE DE SEDUCIR

-¿Qué llevas puesto?
-Camiseta negra de tirantes, braguita de encaje negro.
-Hummm, sigue?
-¿Te gusta?
-¡Ohhh! sí, me gusta.
-Siente mis labios sobre tu cuello, ¿los sientes?
-Siii, los siento?
-Mi mano acaricia tu nuca, la otra la deslizo suavemente por tu pecho.
-¡Ahhh! Lo noto? Estela con una mano removía la bechamel, la otra sostenía el inalámbrico. El delantal rojo con lunares negros, salpicado de lamparones de aceite, destacaba con sus graciosos volantes sobre el chandal rosa y gris.

Pilar. vinculoprivado.blogspot.com


martes, 28 de febrero de 2012

Sin voz

Iniciaba el día con las noticias de ayer ya releídas. El diario de hoy seguía siendo inequívoco. No quedaba lugar para la esperanza. El optimismo debía erradicarse y a sus 30 años era momento de aceptarlo. El parque estaba abierto por un error del último contratado en prácticas. Se coló entre los árboles y avanzó por el sendero de tierra hasta una zona despejada, un claro tranquilo y acogedor. Se desnudó ante la luna y aulló hasta quedar sin voz.

Cinco ratoncitos

Encontró al primer ratoncito el día en que entró a vivir en su casa del campo. Preso de la compasión ecológica, lo atrapó y, con una caricia amorosa, lo soltó entre el césped. Al segundo ratoncito lo soltó sin demasiadas contemplaciones. Arrojó al tercero por la ventana abierta, aunque había un par de metros hasta el suelo. Largó de un fuerte puntapié al cuarto. Puso trampas y atrapó al quinto. Cogió tenazas, unas tijeras podadoras y se tomó su tiempo para torturarlo lenta, sádicamente...
Hank66

Helado con sabor a venganza

Cogió el cubito de hielo con la boca y suavemente lo deslizó entre sus labios. Siguió el mismo trayecto que anteriormente había dibujado con su lengua. Primero el lado derecho del cuello, la garganta, el centro de sus pechos hasta el ombligo. Nada, ni estremecimiento, ni suspiros, ni quejas. Era fría, fría como el hielo que poco a poco se derretía en su boca. Le preguntó cuánto hacía que sus sentimientos habían quedado congelados. Como respuesta recibió una gélida mirada.

Pilar vinculoprivado.blogspot.com

lunes, 27 de febrero de 2012

Amor mortal

Su beso lo devolvió a la vida.

La embargó una vaga consciencia de lo mortífero, para ella, de ese gesto.

Que no supo, no pudo, no quiso, evitar.


Llanto imposible

Le despertó el llanto de un niño. Habían perdido la esperanza de ser padres hacía ya bastante tiempo. Él se dirigió hacia esa habitación reservada en su día a un imposible hijo y se quedó escuchando junto a la puerta. El llanto cesó y regresó a la cama.
-¿Donde fuiste? Preguntó la mujer.
-No te lo vas a creer, contestó.
-¡Lo sé! Se adelantó ella. Llevo más de veinte años escuchando ese llanto. Pero no volverás a oirlo. Por fín te conoce. Nuestro hijo sólo deseaba que fueras a verle alguna vez.

country49


domingo, 26 de febrero de 2012

Sospecha

Mordió con fuerza la boca del cañón. Amartilló, con lo que giró el barrilete. Apretó el gatillo. En ese fugaz instante, penetró, insidiosa, inesperada, inquietante, una sutil y pavorosa sospecha. Alcanzó a oír el golpeo del percutor y el estallido de la pólvora, a calibrar el infinitesimal hiato recorrido por el proyectil, a sentir el impacto de ingreso, la trayectoria por la masa encefálica, el desgarro de centros neurálgicos, el orificio de salida.

Alcanzó a todo ello.

Esa maldita sospecha.