sábado, 18 de mayo de 2013

El hombre bala y el interiorismo

Mi novio trabaja como hombre bala. Cuando pierde el último tren a casa, me envía un mensaje para que deje la ventana del dormitorio abierta, su índice de aciertos hasta ahora es del 99%. He visto que la vecina ha colgado una diana en la pared. Mi vecina es muy moderna, siempre está a la última en tendencias de moda para el hogar... aunque, nunca me había preguntado por ese 1%.



viernes, 17 de mayo de 2013

Cortes y recortes

El tribunal apreció cierta rigidez en su mirada, así que no le quedó otra solución que concederle una minusvalía del 30%, lo que le obligaba a seguir trabajando en su actividad habitual.    Es cierto que presentaron como alegaciones informes de oftalmólogos y especialistas alegando que estaba casi ciego, pero eso son siempre estratagemas para conseguir más prestaciones !Menos mal que estaban ellos ahí para evitar los abusos!. 
 Y no volvieron a poner en duda su diagnóstico hasta el día que el Presidente del Tribunal, vio, ya semianestesiado, que el cirujano que le iba a operar la próstata era el presunto ciego.

desasosegada

martes, 14 de mayo de 2013

Seamos educados, me llamo Ramón María y soy...

Como aquel viajero de horizontes, caminante errante en mis diálogos secretos, de palabras aladas hoy sangrantes, huérfano de soles voces de muertos. De sueños y realidades vividas, entre recuerdos, penas y sus correspondientes condenas. Soy sembrador de cantos y plegarias, paseante entre los arroyos silenciosos ahogados por los tantos, por los muchos días de relojes sin hora casi todos ellos engañosos. De presencia ausente, sin ojos, ni carnes, de cuarteados tiempos, éstos burlones. Poder gritar espantando al silencio o nacer árbol de ternuras. Poder, tal vez podría en el rocío del Alba enternecer mis rocas duras. Más, no estando y siendo ausencia en vida, nadie espera un retorno, nacido yo, ida. Y sucede, todo va sucediendo ¡Que pertinaz y obstinado el tiempo! Y tan solo sucede que todo cuánto queda es aquello que soy, la obra ajena y lejana de un tiempo ya pasado. Y sucede que ya no hay palabras, bueno sí, en mis noches las sueño y hasta hablo con ellas ¿Seré acaso ellas, palabras malditas en las gélidas noches en que me hablan entre susurros? Y tan solas están, tan solo estamos. Poco importa ya aquel significado, el contenido. Yacen las palabras rotas, de alma asesinadas.

Ramón María

El Magistral

La heroica ciudad duerme la siesta. Asomado a la torre de su catedral gótica, poema romántico en piedra, índice que señala al cielo, domino la muy noble y leal ciudad que es mi pasión y mi presa. Amo las alturas, por eso me satisfacen mi elevada estatura, la familiaridad con el obispo y la aristocracia local, la preeminencia que me otorga el púlpito, la admiración que arranca mi oratoria inflamada, el halo de misterio suscitado por mis viajes remotos antes de recalar en esta ciudad provinciana donde gozo del respeto de los hombres y el embeleso de las mujeres, cuya devoción encubre, lo sé, una atracción no devota. Los muy incautos no saben que, aún más que de día, los tutelo en las cálidas noches sin luna, cuando con fuerza y agilidad inhumanas escalo fachadas y patios, atisbo alcobas, sorprendo desnudos y abandonos que soñé en otra vida, cuando fui mortal.

El Manco del Espanto