La tarde que Alicia sintió la rigidez completa de los dedos de su mano derecha interpretó que la muerte le enviaba un primer aviso. Recogió cuatro recuerdos en una maleta pequeña, se puso un traje de flores amarillas de su juventud y se sentó en el banco de la estación. Su sobrina fue a buscarla entre aquellas ruinas para hacerle ver lo ridículo de esperar un tren que no pasaba por esas vías desde hacía treinta años. Prometí esperarlo hasta la muerte, le dijo.
juanxxi
Un tema recurrente, bajo otro punto de vista. Anque me recuerda, así a "bote pronto", la historia de la Penélope de Serrat, es original.
ResponderEliminar...era la intención, pero en este caso espera... a la muerte, grazze mille...
ResponderEliminarLas promesas no entienden de vías muertas, de ridículos ni de ruinas. Muy bueno, juanxxi.
ResponderEliminarMe encanta esto: "Recogió cuatro recuerdos en una maleta pequeña, se puso un traje de flores amarillas de su juventud y se sentó en el banco de la estación". Buen micro, juanxxi.
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