Somnolienta, me arrellané en el autobús, dispuesta a dar rienda suelta a mis sueños.
De pronto, al abrirse las puertas, apareció .... él y la vida se iluminó.
Bajé en mi parada notando que me taladraba su mirada.
Sin pensarlo, eché a correr tras el bús y logré alcanzarlo, dentro sólo me esperaba un anciano con bigote.
Era miercoles.
Desasosegada.-
Es lo que tiene el término medio vigilia/sueño...
ResponderEliminar(Se te ha olvidado la ventana!)