Si te quedas, te susurraré secretos al oído. Me esconderé en los recovecos de tus elipses. Acamparé en un rincón de tus sueños más prohibidos. Si no te vas, me convertiré en la sombra de tu sombra, en guardián de tus horas y testigo de tus instantes, prometiendo solapar tus días.
veintiuno.
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