Las carcajadas inundaban todo el local, incluso traspasaban los muros de piedra. Dentro, un grupo cualquiera, se abandonaba al calor del vino, amenizado por el anfitrión, -que apenas lo probaba-. Conforme se vaciaban las botellas, el ambiente se saturaba de risas... y secretos.
21
dice el proverbio, que "el buen vino alegra el corazón"...y es que las risas se contagian de aromas y afrutados sabores...cómo resistirse ?
ResponderEliminarbueno micro, 21!
besos
Vaya, parece una de mis reuniones, solo que en mi caso el anfitrió sí que bebe, jajaja. Buen micro, 21
ResponderEliminar@Íngrid
ResponderEliminarComo dice el refrán, conforme entra el vino, salen los secretos. Gracias, Íngrid.
@Hank
ResponderEliminarQuería estar despejado... algo busca. Saludos Hank.
Siempre abriendo (todas) las puertas, para disfrutarle y temerle
ResponderEliminara partes iguales. ¡Salud 21!
@Eunuco
ResponderEliminarSalud Eunuco.
Brindo contigo, por todas aquellas puertas abiertas de par en par, especialmente aquellas referidas a las ideas y los comportamientos.
Brindo por tí 21! Para que des fruto a más micros salgan o no de una reunión etílica, con anfitrión sobrio o ebrio pero sí cargados de secretos enigmáticos o por descifrar. Un abrazo gatuno.
ResponderEliminar@Vanadis
ResponderEliminarChin, chin, Vanadis. Un placer brindar contigo, ¡siempre!. Quitemos el frio que nos aleja y dejemos hacer al humano que llevamos dentro.