Saryle
Espacio de creación de microrrelatos,
cuentos cortos y otras formas de
literatura breve, al acceso de cualquiera.
jueves, 11 de noviembre de 2010
No digas que no
El hombre se acercó al puesto de comidas. La vieja de mirada insana revolvía constantemente su guiso. Ese olor turbio e indefinido presagiaba un gatuperio de ingredientes, sin duda indigesto. Se disponía a seguir su camino cuando ella, esbozando una sonrisa desdentada, levantó el cucharón humeante ofreciéndole probar. Ante su negativa, la desquiciada bruja extendió sus garras y lo introdujo en el guiso. Cucharón en mano preparó una sonrisa. Otro joven se acercaba.
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Muy divertido este relato de brujas, Saryle. Y muy bien escrito.
ResponderEliminarGracias, Hawk. Me apetecía hacer algo fantástico. Y qué mejor que emplear a una bruja malvada y a ingenuos paseantes de protagonistas. Saludos.
ResponderEliminar¡Has transmitido tan bien, en el relato, el misterioso mundo de las brujas... que ya nunca volveré a entrar en un comercio de comidas preparadas, con la misma sensación, como hasta ahora!. Qué imaginación tan fértil, tienes, Sara.
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