Ana palideció cuando llegaron al hotel. Cuando su marido paró ante la habitación 214, su cara parecía la de una muerta. -¿No te gusta el sitio? -Sí, cariño -balbuceó ella. Él sonrió. -Mira bajo la cama, entre los plásticos. Queda la sorpresa final. ¡Feliz aniversario de boda!
Hank66
Me recuerda a Gilda, solo que claro, su marido no le deparaba una sorpresita tan negra como la que adivino en tu mr, (porque viniendo de ti, tiene que ser negra, ;) ¿no?). Es fuerte pero bueno, Hank66.
ResponderEliminarJajaja, la "sorpresita" es más negra que mi alma, Mirina. Gracias por el comentario, un saludo.
ResponderEliminarEfectivamente, un mr. negro y con mucha mala leche. Saludos
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