-Este gordo ocupa mucho lugar, habrá que cortarlo en trocitos -se dijo al intentar meter el voluminoso cuerpo en una maleta. Se disponía a proceder, serrucho en mano, cuando oyó golpes. Presuroso corrió la cortina de la bañera donde reposaba fláccidamente el muerto y, dando un repaso a la habitación, se encaminó hacia la puerta que, a esas alturas, ya era aporreada con fuerza. Al abrir se encontró con un disparo del asesino, enfurecido porque no había acabado de limpiar el trabajo a tiempo. Lo acompañaba un nuevo ayudante. Este debía deshacerse rápidamente de esos dos cuerpos si no quería ser el tercero.
Saryle
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Muy hankiano, Saryle. Tendrías que hacer caso de las advertencias sobre las malas influencias...
ResponderEliminar;-))
Me ha gustado el término "hankiano"; de verdad que ha creado un estilo propio. Muchas gracias, Eglon, aunque no sé si me salen tan buenos como a él :)
ResponderEliminar¡No lo dudes, Sara!
ResponderEliminar¡Jajaja, buenísimo!Si es que realmente corren tiempos de poca profesionalidad. "Hankiano", hummm, me gusta.
ResponderEliminar¡Se me olvidaba! Sí, te salen tan buenos o más que a él.
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