El tren me aleja de ti. Y mientras la luz agoniza y el horizonte se traga un sol de sangre, yo me dejo consumir por el dulce recuerdo de tu voz, ese cálido gotear de tus palabras? y lloro sin lágrimas y te regalo tu juventud, te regalo la vida y te regalo tu muerte, por más que así yo, el monstruo antiguo, gastado y sin el poder de unas alas de murciélago que jamás tuve ?aunque los mortales juren que sí?siga cruzando la eternidad solo y sin alma, abrigado apenas por el recuerdo vacío de tu amor.
mirina
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mirina
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Lo que tiene el amor: que incluso unas migajas abrigan. Muy, muy bueno, Mirina.
ResponderEliminarMe encantó, Mirina. Puede que sea un vampiro enamorado o, quizás, un pobre hombre al que se le ha ido el alma junto a ese amor que se lleva el tren. Muy bello.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vuelve en este micro la gran Mirina, descabalgada de trenes y plena de ausencias y de regalos de dolor, que es lo que va detras de la ausencis, mientras la eternidad nos consume a todos y coloca en nuestras cabezas esas guirnaldas que coronan lo que una vez fuimos, lo que una vez tuvimos, cuando el horizonte no tenia un sol de sangre y nosotros nos mirábamos alegres y confiados, en el espejo de nuestro amor, que llenaba de brillos y de estrellas todos los rincones del dormido paisaje
ResponderEliminarMuchas gracias, Eglon.
ResponderEliminar@Sara LewGracias, querida Sara, la idea era sí, la del vampiro, pero también se le puede dar esta segunda lectura que tú apuntas.
ResponderEliminar@Gabriel PalafoxApabullante, me apabullas (¿y quieres decir que hay para tanto?), Gabriel, pero una vez más, con tu lectura y este comentario me regalas un poema, gracias, Gabriel, :)
ResponderEliminarQuiero pensar que es un vampiro haciendo un regalo por amor.Un gran regalo
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.Un abrazo
@AlbadaMuchasgracias, Aldaba, y coincidimos, era un gran regalo. Otro abrazo para ti.
ResponderEliminarEn el fondo todos somos vampiros sedientos de amor, almas que necesitan el abrigo de otras almas para tratar de retener pedazos de vida. Muy intenso Mirina y como siempre, brillante como tú. Un besazo.
ResponderEliminarSiempre tiendo a huír de la inverisimilitud, así que desde el principio lo entendía de modo similar a Sara, es decir, en sentido simbólico. De cualquier modo, el padecimiento interior por la pérdida de la persona amada es en sí misma la situación monstruosa, el vagar como muerto en vida. Y sólo alguien con sensibilidad y experiencia de vida puede escribir sobre ello.
ResponderEliminarBueno, Mirina, quise decir que me gustó, jajaja.
Un abrazote.