Sus palabras sonaban cada vez más huecas. En realidad, su garganta hacía rato que sólo expelía unos leves gorgoteos, casi inaudibles, maquillados a duras penas por la atronadora megafonía. Aún así, los concurrentes al acto seguían mostrando su fervor, agitando, impertérritos, las banderas.
Cronopio
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esto se llama fidelidad absoluta.........
ResponderEliminarSí, por llamarlo de una manera suave, jajaja. Gracias por leer y comentar, lenita.
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