Dicen que viajar enriquece; estoy de acuerdo.
He conocido gente que ha dado patadas a las piedras de medio planeta y posee una mente abierta, ancha, clara. Pero también hay quien recorre toda su vida el mismo sendero y sin embargo atesora una forma profunda y serena de concebir el mundo.
Los hay que después de recorrer mil caminos sólo son unos tuercebotas y quien pasa su existencia observando reflexivamente y no logra ser más que un cotilla.
No hay fórmulas contra la frivolidad.
He conocido gente que ha dado patadas a las piedras de medio planeta y posee una mente abierta, ancha, clara. Pero también hay quien recorre toda su vida el mismo sendero y sin embargo atesora una forma profunda y serena de concebir el mundo.
Los hay que después de recorrer mil caminos sólo son unos tuercebotas y quien pasa su existencia observando reflexivamente y no logra ser más que un cotilla.
No hay fórmulas contra la frivolidad.
desasosegada
Interesante reflexión. Imagino que es cuestión de favorecer probabilidades y oportunidades. Como cuando a nuestros hijos ofrecemos cursos o actividades de esto y lo otro, lo que hacemos los padres es brindarles oportunidades, abrir sus mentes y cuerpos a nuevas posibilidades. El que lo aprovechen, o no, es otra cuestión. En ese sentido, el viajar ofrece oportunidades y un mayor abanico de opciones que el no viajar. No es garantía de nada, pero aumenta probabilidades.
ResponderEliminarHay que viajar, eso está claro, como lo que tú dices en este relato reflexivo. Los recuerdos que te traigas es otra historia, ya sabes el dicho ese de cada uno cuenta la feria según le va. Hacía tiempo que no te leía, Desa, un gusto.
ResponderEliminar@tapia Tienes razón, cuántas más oportunidades mejor, luego cada uno somos lo que somos y eso no hay quien lo mueva.
ResponderEliminarUn saludo
@Ximens Gracias Ximens Gracias Ximens.
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