Disparamos nuestros dedos al mismo tiempo sobre el único ejemplar de ese libro. Ella soltó una carcajada y yo le hice eco con una modesta sonrisa. Le cedí el turno pero se negó en redondo. Me propuso ir a otra librería donde pudiésemos adquirir juntos la misma obra. Y así hicimos. Quedaban sólo dos ejemplares y cuando ella se disponía a tomar uno de ellos, una mano varonil desconocida coincidió con la suya. Se miraron y hoy compartimos los tres un apartamento amueblado en un barrio periférico.
country40
country40
O me llevo a esa mujer... jejeje, muy bueno, country, muy bueno.
ResponderEliminaro te la cambio por dos de quince....
ResponderEliminarMuy bueno Country, y cuál era el título de tan apetecible libro?...
ResponderEliminarBueno, bueno de verdad, Aute, que me inspiró este micro cuando escuchaba algunos temas antiguos suyos...aunque como dice al final...¡No pudo ser!
ResponderEliminarGabriel, el libro bien podía ser Tess de Thomas Hardy y así lo preví (y así llamé a la protagonista) pero tuve que sacrificar hasta ese nombre tan corto en aras de los caracteres exigidos.
Gracias a todos
country49