Como cada primeros de año se afanaba por hacer su especial mezcla de té para celebrarlo y desear buenos augurios para quién lo probara. Ponía de base un té negro recio, que sustentase los diversos componentes posteriores, té verde de esperanza, té rojo para la pasión y té blanco por eso de la pureza, ecológicamente entendida. No podían faltar flores de azahar, pétalos de jazmín, un toque de cereza y maderas de oriente, todo con mucho amor, pues sin él nada es posible. Se lo rechazaban sonriendo Alfred
Me gusta. Haciendo un juego de palabras, el micro podría tener como subtítulo: "Te...lo rechazamos".
ResponderEliminarcountry49
Gracias, té invito.
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