Imagino a un médico prometiendo a una pareja hacer realidad su sueño imposible y supongo las normas: no indagar, no pensar.
Pero, en toda la trama, hay una persona cuya crueldad me espeluzna.
Aquella que comunica a los padres que su hijo ha nacido muerto, que les ve desgarrarse de dolor y observa desde la ventana como salen del hospital con su canastilla sin estrenar y los brazos vacíos.
No puedo, no quiero imaginar, que especie de cruel monstruo puede hacer eso.
Quizás debería ver menos el telediario.
Pero, en toda la trama, hay una persona cuya crueldad me espeluzna.
Aquella que comunica a los padres que su hijo ha nacido muerto, que les ve desgarrarse de dolor y observa desde la ventana como salen del hospital con su canastilla sin estrenar y los brazos vacíos.
No puedo, no quiero imaginar, que especie de cruel monstruo puede hacer eso.
Quizás debería ver menos el telediario.
desasosegada
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