Sientes como amarillos y ocres apagados invaden tu existencia. Te desnudas despacio de la cálida belleza y color del estío. Cuando el sol brilla resplandeces radiante. Te vistes con tus mejores galas, y miradas de admiración comparten tu magnífico encanto. Tras el renovador y paciente letargo frío y gris, resurgirás fresca, verde y salpicada de cientos de colores, con tu traje de domingo. Con la absoluta certeza de que una y otra vez se producirá el milagro: ¡vuelves a enamorar! Pilar. vinculoprivado.blogspot.com
Ya llegó la primavera y nadie supo cómo. Me gustó. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, por tu comentario.
EliminarUn saludo!
Pilar enhorabuena, me encanta como lo haces. Un abrazo.
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