A los treinta, y tras dos noviazgos sin hallar al hombre adecuado, formalizó los trámites para tener en acogida a niños tutelados. Tuvo a su cargo dos hermanos, luego a un niño de dos años y a una chica de quince. De todos se encariñó, pero se despidió de ellos, como las normas marcaban, y que aceptó con cada firma. Triste pero sin dramas. Ahora, que su madre la confunde con la abuela, la trata como a una hija, cuidándola con cariño y paciencia.Le dicen: ¿Qué sabrás tú, que no eres madre?
Albada
Albada
Tremendo drama, con final de la España profunda, con pañueleta en la cabeza y mirada displicente.
ResponderEliminarUna pincelada trágica muy lograda. Gracias Albada.
Un abrazo.
Se puede ser madre de muchas maneras.
ResponderEliminarUn abrazo. marga.
Gracias Alfred y Marga.
ResponderEliminarDar a luz no define la esencia de una madre humana. De hecho, la expresión en sí misma va mucho más allá de un acto biológico, o así me gusta pensar.
Padres de inventos, madres adoptivas de ambos sexos dando vida, consistencia, fórmula física, diseño...
Hay mucha literatura sobre el tema de la maternidad.
Un abrazo a ambos.