Suele escribir sin necesidad de preguntarse por qué lo hace. Sólo le basta contemplar como su lápiz dibuja unas letras. A veces se reserva el derecho de crear atmósferas de suspenso diciéndole ¡Basta, detente! Pero está dispuesto a avanzar con toda libertad, aunque sea por el vacío, sabe que si no se detiene es porque no ha abandonado el punto de partida.
Escribe, escribe sin descanso, en horas de revelación, descubriendo lo que le dicta y revelando lo que es. Los demás, tal vez le leerán.
Está condenado a traducir su persistente memoria.
Guillermo Arnul Castillo
Escribe, escribe sin descanso, en horas de revelación, descubriendo lo que le dicta y revelando lo que es. Los demás, tal vez le leerán.
Está condenado a traducir su persistente memoria.
Guillermo Arnul Castillo
O no le leerán Guillermo.
ResponderEliminarQuedará la conexión entre la mente y el lápiz.
Las descargas de hormonas que el placer o la necesidad de mostrar, para mostrarse, condicionan.
Compartir o comprenderse.
Escribir, pareces decir, no es algo que uno elige, sino que viene contigo, o no viene.
Y cuando viene...va viniendo
Un saludo