Han pasado los años. La vida parece haberse ido a ratos, mas se reinventa y me devuelve los besos de sol que alguna vez nos dimos. ¿Cómo estás? Háblame. El viento alborota las hojas y tiernamente me lava el alma. Tengo tu voz rizada en la piel. De tarde, se me anida tu aliento a susurros con el olor a sal de las noches aquellas. ¿Dónde estás? Nómbrame. Mírame. Ven, abrázame. Quédate. Virmared Santiago
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