En la oscuridad de la discoteca se mezcló con gente y con sustancias.
Horas después su cadáver yacía en la calle.
Había decidido crecer y manejar su vida a los catorce años. Empezó inocentemente, casi por accidente, pero en dos años todo se hizo narcótico a su alrededor.
La policía no tardó en aparecer esa noche. El resto quedó solo para las estadísticas. Un joven menos, o un incauto más que se traga el cuento de que las drogas, si no abusas de ellas, no son malas. Ya no importa, es igual. EMILIO BAREIRO
Horas después su cadáver yacía en la calle.
Había decidido crecer y manejar su vida a los catorce años. Empezó inocentemente, casi por accidente, pero en dos años todo se hizo narcótico a su alrededor.
La policía no tardó en aparecer esa noche. El resto quedó solo para las estadísticas. Un joven menos, o un incauto más que se traga el cuento de que las drogas, si no abusas de ellas, no son malas. Ya no importa, es igual. EMILIO BAREIRO
bien plasmado!!!!!! triste pero real!!!!! excelente Emilio R. Bareiro!!!!!
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