Luis estaba tan enamorado, que encargó en ese primer aniversario una romántica cena. El maître dispuso una pulsera en la servilleta destinada a Joana y la vecina quedó encargada de alfombrar el pasillo de su piso con cinco bolsas de pétalos de rosas.
Ella había tenido un día horrible. Se maquilló con desgana tras entregarle un envoltorio con un llavero duplo que encargó el día anterior y un beso apasionado, improvisado y amplio.
Su plan era llamar a un restaurante chino y compartir un jacuzzi.
Albada
ninguno de los planes era aburrido... si estaban los dos. Un relato muy sugerente. Saludos
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarAmbos planes eran diametralmente diferentes. Pero el romanticismo de él supongo que ganó la partida de esa noche.
Un saludo!
Hummm, a veces es difícil unificar voluntades hasta en los mejores momentos. Buen micro, Albada.
ResponderEliminarGracias Andrés Moreno.
EliminarEl micro original, obviamente, aquí no cabe. Dejo a tu criterio leerlo o no. Espero te guste el final, porque, para variar, está abierto a la esperanza. Será genética mi dotación para la alegría.
Un abrazo. Y prodígate más pordios!!!
Jajaja, ya me gustaría, pero la verdad es que últimamente no estoy demasiado a gusto por aquí. Fíjate que sólo he entrado para comentar tu relato y ya andan insultándome por ahí. En fin, ya vendrán tiempos mejores.
ResponderEliminarNo me refería a este espacio.
EliminarComo bien sabes escribo en mi blog. Este lugar se ha convertido en un sitio inhóspito en general. Que te prodigues en tu blog. Me encanta leerte.
Ya supongo que estás en algún proyecto de envergadura, pues, tarde o temprano, el talento que asoma acaba por nacer y hacerse visible con mayúsculas.
Mi abrazo es virtual, pero siéntelo fuerte.
Sí, la verdad es que ahora mismo no me encuentro demasiado cómodo por aquí. Entro y veo que una persona a la que decidí ignorar hace tiempo se me lanza a la yugular, sin duda pensando que gasto parte de mi tiempo en darle "caña" de forma anónima. En fin, me apena ver cómo se está enrareciendo el tema por aquí. Me sabe mal comprobarlo, pero es justamente lo que yo predije cuando hizo su irrupción esa persona. Respecto a lo del proyecto, jajaja, tienes razón, existe, pero no es de demasiada envergadura, simplemente que me autopublico un librillo con una selección de mis relatos menos penosos. Pequeño automasaje de ego y la excusa para darles carpetazo directamente y pasar a nuevas historias. Muchas gracias por tus ánimos y, siempre, tu apoyo. Un besazo.
ResponderEliminarAndrés, se te echa de menos y lo sabes.
EliminarAlbada, ayer ví en un supermercado un chico que me recordó tu relato: compró champán, un libro y media docena de rosas rojas. No pude dejar de preguntarme que estaría haciéndo mientras la afortunada destinataria de los regalos.
ResponderEliminarCaramba, pues en el centro de estética una mujer pedía una depilación brasileña porque era su aniversario de bodas y tenía pensado un baño de espuma para dos. ¡A ver si esta mujer era la esposa! Un saludo.
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