Cruzo la puerta chirriante y recorro un universo de trastos y cajas a medio abrir que escupen recuerdos casi devorados por el polvo y el tiempo. Llego al viejo armario, aparto a brazadas montones de ropa añeja y redescubro, intacto, como si hubiera estado esperándome, el viejo secreto. Nuestro secreto. Cronopio
Fascinante! :)
ResponderEliminarFinal abierto para que sea el lector quien lo cierre como quiera. Muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros amables comentarios, Virmared y Rosa. Un saludo.
ResponderEliminarMuy interesante. Sugerente, evocador, y con una suave pátina de misterio recubriendo el conjunto. Muy bueno.
ResponderEliminarMuchas gracias, Andrés. Me alegra enormemente que te haya gustando. Nos seguimos leyendo. Saludos.
ResponderEliminarMientras, sin apenas apercibirme, tras de mi se cierra la puerta del desván, quedándome con un rictus abrazado al viejo secreto, al nuestro, ahora al tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta...pueden ser tantos los secretos a guardar.
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