La historia fue breve.
Mientras yo cocinaba, mi madre abría la ventana y él entraba revoloteando por la casa.
Fugitivo como un grano de polen al viento. Con la alegre desesperación de los que tienen asida la libertad en una patita y el mundo en la otra.
Me hubiera quedado contemplando esa vida amarilla, pero la puerta estaba abierta, y él volvió a salir tan valientemente como entró, sin embargo sus alas me hicieron saber que era un canario audaz, y que hoy mi comida competiría por ser? carbón. EMILIO BAREIRO
Mientras yo cocinaba, mi madre abría la ventana y él entraba revoloteando por la casa.
Fugitivo como un grano de polen al viento. Con la alegre desesperación de los que tienen asida la libertad en una patita y el mundo en la otra.
Me hubiera quedado contemplando esa vida amarilla, pero la puerta estaba abierta, y él volvió a salir tan valientemente como entró, sin embargo sus alas me hicieron saber que era un canario audaz, y que hoy mi comida competiría por ser? carbón. EMILIO BAREIRO
La libertad se escribe con alas y puertas abiertas.
ResponderEliminarMuy buena alegoría.
Un saludo.
abandonar jaulas siempre tiene premio!
ResponderEliminarUn abrazo Albada!