Cuando el viento anució la llegada del invierno, aún se estaban reconociendo.
Se estudiaron concienzudamente, intentando aprenderse con la calma que dan las certezas dibujadas sin prisa.
Mientras trazaban el mapa del deseo, retenían el tiempo entre los dedos sin apenas titubeos, creyéndose eternos.
Pero el calendario es un implacable devorador de momentos... y pronto, muy pronto, llegó otro invierno.
Cronopio
Se estudiaron concienzudamente, intentando aprenderse con la calma que dan las certezas dibujadas sin prisa.
Mientras trazaban el mapa del deseo, retenían el tiempo entre los dedos sin apenas titubeos, creyéndose eternos.
Pero el calendario es un implacable devorador de momentos... y pronto, muy pronto, llegó otro invierno.
Cronopio
Esa incesante sucesión de otoños e inviernos que nos acercan imperceptiblemente al final.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre resulta impresionante su manera de expresarse.-