Blas nació hermoso -si hay que creer a Iluminada, la matrona- pero con el gesto abotargado por la asfixia. Se estiró un poco, boqueó varias veces como un besugo al raso, y quedó inmóvil para siempre. No llegaron a bautizarle, pero su madre, Rosata, eligió para recordarle un nombre breve, como su vida. Su alma fue alojada en el Limbo de los Niños hasta que los teólogos decretaron su desalojo y cierre. Desde entonces se le aparece, a veces, a su madre en sueños, en forma de pez nadando plácido en un océano de líquido amniótico. Ese día Rosata, ya anciana, se despierta feliz.
Antonio Toribios
Antonio Toribios
Entonces seguro que le pusieron "Blas" como abreviatura de "black-bas"
ResponderEliminarMe ha gustado.
ResponderEliminarUn saludo. marga.