miércoles, 3 de julio de 2013

El empleado modelo

Urban Volstein, entregado burócrata y neurótico aún no evaluado, tras dos décadas de entrega intachable a sus labores menores dentro de una oficina de gestión bursátil, pensó que de aquella monótona tarea de veinte años apenas pudo sacar dos lecciones muy valiosas: que el éxito no es más que una anécdota, generalmente muy puntual, y que el fracaso no es sino una forma más de éxito, o su consecuencia ineludible. Aquel día consiguió el ascenso codiciado tras lentísimos años de rutina insípida: por fin podría encargarse de la reprografía. Dos horas después lo despidieron por haberse fotocopiado las nalgas.

Juan Manuel Sánchez Moreno

4 comentarios:

  1. Me contaron que un soldado ejemplar que ordenó minuciosamente durante un año, el archivo en el que había sido destinado, destruyó en las dos horas previas a licenciarse toda su obra.
    Me ha gustado.

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    1. Me alegro de que te haya gustado, Marga. Y es que cuando un tipo ejemplar la caga..., la caga de verdad.
      Un saludo
      Juan M.

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  2. El exito y el fracaso siempre van unidos,y en el caso de tu protagonista le recorrido entre uno y otro fué brevísimo. ¿Que tendrían esas nalgas?jejeje.
    Un saludo y tambien un beso .
    Puri

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  3. El exito y el fracaso siempre van unidos,y en el caso de tu protagonista le recorrido entre uno y otro fué brevísimo. ¿Que tendrían esas nalgas?jejeje.
    Un saludo y tambien un beso .
    Puri

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