Me sonrojan y vuelven loco, te quiero,
y no por ellas y sí por el resto,
quitaría de un bocadillo diario (si lo comiese a diario)
me quitaría de diez gripes por tus pechos o tetas,
te amo sin ellas, te quiero con ellas.
Mujer que alimentas por primordial al Mundo,
sin tí, amor, sin tí ¿Qué leches seríamos?
Nada más hermoso que una madre a su vástago,
yo embobado pienso; ¡ahí está! el todo del Universo;
yo he llorado por ver a un bebe comer de tí,
yo he llorado por ver a un bebe hacerte llorar de amor,
yo he llorado por ver como un bebe infructuosamente
quiso abarcar tanta hermosura,
yo he llorado cuándo tuviste miedo de todo ello
por perder ese todo que he llorado.
Y no te quiero amor, te AMO, amor, pese haber perdido
mi disfrute y su alimento.
Tus pechos o tetas están en tus ojos, en tus manos,
en tus caderas y tobillos. Están en tu sonrisa, en el cariño,
y en las voces de arrullo. Tú, amor mío, eres pechos o tetas
del mismo modo que la estrella sol nos vive y da VIDA.
Me sonrojan y vuelven loco, te amo,
y no por ellas y sí por el resto.
Lucha amor mío, no por mis deseos y vicios, gana a la vida
tu propia vida, y a cuenta, con o sin ellas o ellos
siempre serás la mayor de las hermosuras.
Una flor no deja de serlo tras perder sus pétalos, eres fragancia,
el aroma del Universo, y te amo, tanto como lloras por sentir
a tu vástago prendido o no de tu pecho.
Ramón María
y no por ellas y sí por el resto,
quitaría de un bocadillo diario (si lo comiese a diario)
me quitaría de diez gripes por tus pechos o tetas,
te amo sin ellas, te quiero con ellas.
Mujer que alimentas por primordial al Mundo,
sin tí, amor, sin tí ¿Qué leches seríamos?
Nada más hermoso que una madre a su vástago,
yo embobado pienso; ¡ahí está! el todo del Universo;
yo he llorado por ver a un bebe comer de tí,
yo he llorado por ver a un bebe hacerte llorar de amor,
yo he llorado por ver como un bebe infructuosamente
quiso abarcar tanta hermosura,
yo he llorado cuándo tuviste miedo de todo ello
por perder ese todo que he llorado.
Y no te quiero amor, te AMO, amor, pese haber perdido
mi disfrute y su alimento.
Tus pechos o tetas están en tus ojos, en tus manos,
en tus caderas y tobillos. Están en tu sonrisa, en el cariño,
y en las voces de arrullo. Tú, amor mío, eres pechos o tetas
del mismo modo que la estrella sol nos vive y da VIDA.
Me sonrojan y vuelven loco, te amo,
y no por ellas y sí por el resto.
Lucha amor mío, no por mis deseos y vicios, gana a la vida
tu propia vida, y a cuenta, con o sin ellas o ellos
siempre serás la mayor de las hermosuras.
Una flor no deja de serlo tras perder sus pétalos, eres fragancia,
el aroma del Universo, y te amo, tanto como lloras por sentir
a tu vástago prendido o no de tu pecho.
Ramón María
Perdón, pero éste relato me sale verso. Saludo
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