jueves, 17 de octubre de 2013

Punto y Final

No me gustó que me llamara “sintagma nominal”. Me lo soltó con ufanía atirantando el sonido fricativo característico de su dialecto.

Que fuera la frase principal no le daba derecho a insultarme.

“Eres un traidor”.

“Pero cariño, ha sido sólo un escarceo. No me gustan las subordinadas. Siempre dóciles, dependientes y acompañadas a cada instante por esas malditas partículas. La chismosa conjunción tuvo la culpa.”

Pero de nada sirvieron mis argumentos, su raíz enrojecía de celos. Buscaba palabras justas a la altura de la ofensa, pero le faltaron sufijos.

“Ojalá fuera frase de otra lengua. Eres un simple sujeto, no eres nadie sin mí.”-me decía acercándose a mis vocales y lanzando por su mirada tildes afiladas-“Yo te otorgo el don de la acción y del ser y en este mismo instante te convierto en elíptico.”

Y ante la amenaza, me vi obligado a clavarle un punto final en el verbo.



Montesinadas

2 comentarios:

  1. Brillante idea y brillante ejecución. Enhorabuena.

    El Manco

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  2. Guauuuugraciassssssss !!!!! a ver qué tal se lee por los foros jeje, abrazos

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