Los sacerdotes mandaron cercar las parcelas donde crecía el oro de las montañas, solo reservado a las Vírgenes, que con sus flores trenzaban guirnaldas para prenderlas en el pelo y embelesar con su aroma al Amado, gustosas también de sus espinas, que al contacto con su carne, reavivaban las llagas de la Pasión eterna que las elevaba a los altares de todo placer humano y divino.
Abril
Abril
Bien abril interesante micro con mezcla de lo místico con lo mundano, el placer del dolor, tiene sentido acercándose la Semana Santa.
ResponderEliminarabrazso
Muchas gracias, Montesinadas, te he leído en ocasiones y agradezco tu comentario aún más.
EliminarSaludos y buenas noches
Muy dentro de la línea mística, me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos
Rosa