martes, 13 de mayo de 2014

El baile de Selene

Era una preciosa y cálida noche de luna, el camino a casa por aquella carretera mágica de la costa no dejaba nunca de fascinarle, en cada trayecto descubría bellas postales del paisaje enmarcadas por juegos de sombras y luces siempre nuevos. En la radio sonaba aquella canción, una sonrisa asomó a sus labios al revivir aquel baile con él. Empezó a cantarla bajito, para no interrumpir los sonidos de la noche… Heaven, I’m in heaven… Fuera de la ventanilla, su mano describía trazos suaves en el aire, la abría como para querer acaparar toda la redondez de la luna cuando al salir de una curva se le presentaba inmensa ante ella, rozaba con la yema de los dedos su reflejo en el retrovisor cuando, juguetona, se escondía tras ella, entonces ladeaba la cabeza y casi sentía cómo le acariciaba el cuello cuando la tenía justo al lado, mejilla con mejilla. When we’re out together dancing cheek-to-cheek…

Al llegar a casa, se lo encontró en el sofá. Sobresaltado , corrió a abrazarla:

-María, por Dios, ¿dónde has estado toda la noche?

-¿Cómo?

Eran las siete de la mañana. No entendía nada, solo se sentía cansada. Para su asombro lo único que acertó a decir fue:

-La luna me sacó a bailar.

Mayo

2 comentarios:

  1. ¿A las siete? ¿Y cansada? Si, si... claro... con la luna...

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    Respuestas
    1. Y una vez allí.... ¿quién dice que no hubiera seductores selenitas bailarines con chistera?
      Que Íker investigue

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