Al despertar, abrió los ojos lentamente, como el que quiere despedirse poco a poco del mundo de los sueños y enfrentarse armado a un nueva jornada. Y es que no era un día más, era su aniversario, su cumpleaños. Una fecha marcada de diferente color en la agenda, dependiendo de su estado de ánimo, o mejor, de aquello en lo que su mente divagara.
Su vida estaba más o menos estabilizada. Tras varios volantazos en los últimos años, por fin, otra vez se sentía en el rumbo elegido. Las risas de unos niños felices, un hombre libre durmiendo en su cama... un paisaje idílico construido en cada minuto que la vida le había cedido a golpe del esfuerzo medido.
21
Su vida estaba más o menos estabilizada. Tras varios volantazos en los últimos años, por fin, otra vez se sentía en el rumbo elegido. Las risas de unos niños felices, un hombre libre durmiendo en su cama... un paisaje idílico construido en cada minuto que la vida le había cedido a golpe del esfuerzo medido.
21
0 comentarios:
Publicar un comentario