En la sala de espera nº 4 del Hospital psiquiátrico San Serénese Oiga había 7 personas aguardando su turno, cada uno de ellos sumido en sus pensamientos y algunos dejando ver sin remedio los efectos secundarios de la medicación ingerida.
Tras un largo silencio absoluto, se abrió la puerta chirriando y todos vieron entrar en la sala a un perro mestizo ataviado con bata blanca que arrastraba por doquier y que saludó con voz grave, dando los buenos días en perfecto castellano, además anunció con tono amable, que Prudencia Martín podía pasar después de que saliera Mariano Cosos y apuntó con una amplia sonrisa,que a los demás los irían llamando por orden de consulta. Con las mismas,giro sobre sus cuatro patas y salió de la sala con paso firme y tranquilo dirigiéndose a la consulta 2B.
Todos ellos quedaron ojipláticos y boquiabiertos pero solo durante un instante, pues uno de los pacientes se puso en pié y dijo en voz alta: _He visto su pelaje y era de color verde césped...Todos se miraron con complicidad unos a otros y guardaron el secreto.
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