A veces pienso que el arte, tal como nosotros lo entendemos, no existe… tantos millones de dólares por una firma, una canción, un deporte, crea una aureola de mítico morbo…una deformación humana que destruye lo artesanal y convierte en negocio. También hay que madurar quién es el verdadero artista: el que construye la obra, el que la promociona y vende, o el que sabe apreciar su valor más intrínseco.
A finales del siglo XX y principios del XXI han desaparecido aquellos que creían en el arte, los citados mecenas y concurre el denominado marketing… cualquier obra es considerada por el valor material que puede generar y el que se quieran gastar en promoción.
- Ahí está el gran mercado industrial, señores, Consuman-
Kim Bertran Canut.
0 comentarios:
Publicar un comentario