martes, 14 de septiembre de 2010

instinto

Me entrego de nuevo. Reina en mí, una sinrazón de la que me siento esclava y de la que no me quiero escapar. Mezclamos nuestros fluidos y olores hasta no saber quién es quién. Solo me importa el presente y el ahora. Me duele todo el cuerpo, pero estoy saciada, muy satisfecha. Más me duele volverme a poner la careta tras la que me escondo, para poder existir un sinvivir. Discretamente y serena, vuelvo a casa.

veintiuno


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