Abrió su ventana a la oscuridad y la habitación se llenó de luz "¡mierda!" Allí estaba de nuevo. Estaba seguro de que la noche anterior había encontrado el momento oportuno, que tras haber dialogado largo y tendido había logrado convencerla, pero no, los latidos de su corazón hacían evidente su presencia ; jamás vislumbró la guadaña entre tanta negrura.
Esta noche probaría con cinco somníferos más.
Blastocito
Me recuerda a algo...
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