La enfermera apareció en el umbral. Avanzó hacia la cama y cogió el gotero. Él dormitaba. No había pulsado el timbre. Iba a protestar cuando la reconoció. -Ana -musitó, entre avergonzado y curioso- ¡cuanto tiempo! ¿Ahora eres enfermera?. Ella sacó la jeringuilla y contestó: -No.
Por Hank66
El cierre es perfecto. Una sola plabra abre el cuento alas interpretaciones del lector. Cómo me gusta que me inviten a aportar una parte del relato... Genial Hank
ResponderEliminarLo leí y comencé a imaginarme todo lo que podría haber pasado para que surgiese esa situación y lo que pasaría después de ese "no" que lo dice todo y a su vez, nada. Muy bueno hank66.
ResponderEliminarNo está uno seguro en ningún sitio.
ResponderEliminarGracias a todos. A veces peco de querer explicarlo todo en el micro, y estoy descubriendo el placer de invitar al lector a que elucubre un poco con el tema. Muchas gracias a todos por vuestras valiosas aportaciones. Un saludo.
ResponderEliminarHay un fatalismo de fotograma en el relato. Como en la última visión de un moribundo.
ResponderEliminarHank. Magnifico. Cuentas tantas cosas con tan pocas palabras. Bravo, de verdad.
ResponderEliminarEsto parece una escena de Kill Bill con la enfermera del parche en el ojo ja,ja,ja
ResponderEliminarMuy Tarantino hank
Y a tragar saliva se ha dicho
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con cormoran, es muy Kill Bill
Me gusta, sí