El frío se acentúa día tras día. Salgo en la noche y nos busco donde compartimos guiños. No logro regresar al único lugar donde resido.
Me pierdo en la niebla y acabo frente a una lápida con mi nombre. Grito en la madrugada tu nombre, grito y grito cada vez con más terror pero no puedo oír ni mi voz . No logro despertar.
Albada
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Me pierdo en la niebla y acabo frente a una lápida con mi nombre. Grito en la madrugada tu nombre, grito y grito cada vez con más terror pero no puedo oír ni mi voz . No logro despertar.
Albada
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¡Señoras, que Halloween es en noviembre!
ResponderEliminarEsto sí que es terrorífico, Albada. Gritar y no oír nuestra voz; pensar que todo es un sueño y no poder despertar...
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Uffff, cómo está el personal de macabro últimamente! Espléndido, Aldaba, romanticismo y terror a partes iguales. Muy bueno.
ResponderEliminarEntre el vampiro, el asesino y esta alma perdida...parece que ha sido caprichoso el azar.
ResponderEliminarSara, tu asesino es muy hankiano.Un abrazo de vuelta
ResponderEliminarHombre...Gracias Hank.Me parece que vas haciendo escuela y yo voy aprendiendo
ResponderEliminarJajaja, me sigue molando lo de "hankiano". Vamos, más que si le hubieran puesto mi nombre a una calle.
ResponderEliminarEstimad@s: el término "hankiano" está patentado y protegido por derechos de autor. Así, pues, pasando por caja... ;-)
ResponderEliminarEs que hankista suena muy feo . Yo creo que queda peor ;)
ResponderEliminarGrande Albada en este escalofrío nocturno. A lo mejor ni siquiera existimos de verdad, los que nos sentimos vivos. Solo somos el eco de los sueños de los que realmente están vivos.
ResponderEliminarGracias Gabriel. Grande ese algo que se escapa y que permanece y al que hay que dejar ir.
ResponderEliminarSomos un eco tal vez pero yo me encaramo a mi figura y con mis manos aporreo teclas o papeles desde mi corpórea existencia.
Un abrazo a un gran compañero de baile