jueves, 26 de mayo de 2011

Manos ciegas

Ella se desnudó despacio palpando los espacios. Le encontró de pie y se puso detrás de él. Empezó a tocarle el pelo, el cuello, la espada...y con pericia notó el respirar sereno cuando le abrazó por la cintura. Notó cómo el tiempo se detenía palpando su alma.
El sentía su aliento en el cuello y sus pechos en la espalda. Cerró los ojos. Las manos tibias y un olor a hierbabuena hicieron detener los relojes de toda la casa.

Albada

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4 comentarios:

  1. Buena carga de sensualidad. Haces fácil que se pueda sentir, a galope sobre algún pensamiento o recuerdo.

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  2. Creo que Albada se nos está especializando en elegantes y sensuales microrrelatos eróticos, con esa recreación de tacto y olor. Muy bueno.

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  3. Gracias Luis y Hank. En un capítulo de House había esa escena y la recordé.Ella tocaba su ESPALDA,obviamente, la "l" se indisciplinó
    Un abrazo a ambos

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  4. El tiempo detenido, la suavidad captada por todos los poros de la piel, olor a sensualidad y erotismo. Una escena deliciosa Albada.

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