¡Con que extraño velo cubre nuestros ojos el amor!
Ayer coincidimos en un bar y te observé con calma
Ayer coincidimos en un bar y te observé con calma
¿Dónde quedaron aquellos ojos que me hechizaron y ese aire de marqués? Te miré desapasionada y vi a un tipo bajito y vocinglero embutido en una americana pasada de moda.
Por seguirte dejé atrás un buen empleo y una familia preocupada.
Volví con la maleta vacía, plomo en zapatos y la certeza de que ambos habíamos perseguido un sueño.
Por seguirte dejé atrás un buen empleo y una familia preocupada.
Volví con la maleta vacía, plomo en zapatos y la certeza de que ambos habíamos perseguido un sueño.
Apuré mi cerveza y sin mirar atrás, salí a la calle
desasosegada
Me han gustado: el velo del amor, que ciega. Plomo en zapatos. Pero así es la vida.
ResponderEliminarGracias Ximens, es precioso mientras dura, luego a volver a empezar, es lo que hay.
ResponderEliminarHay una canción que dice "hoy le vi y tenía un rostro ajeno al que yo amaba..." y es justo así.
Es triste descubrir de golpe que los principes azules, siguen siendo ranas. Marga eres sabia por descubrirlo.Un beso.
ResponderEliminar¿Dónde quedaron aquellos ojos...? A lo mejor siguen, más o menos, igual, con alguna arruguilla de más. ¿Y los nuestros? ¿Aquella forma en que nosotros los mirábamos...? Un placer saludarte de nuevo Marga, tras tus largas vacaciones. Ahora visito este sitio más de vez en cuando, por falta de tiempo. Pero siempre encuentro buenas emociones y sensaciones cuando te leo.
ResponderEliminarIgual no sólo tienen la culpa "los principes", el tiempo todo lo cambia. Un beso.
ResponderEliminarYa vés todo se acaba, hasta las vacaciones. Un beso
ResponderEliminar