martes, 22 de noviembre de 2011

Melancolía,

Fueron veranos de rara luminosidad.
De esos que te regalan alas para volar fuerte.
Que incrustan con oro el alma y la mirada.
Han transcurrido más de mil años desde la última vez que nos besamos bajo esa luna que nos alumbraba rogandole paciencia al alba. Hoy, cuando llega el mes de agosto, intuimos tú y yo, que no estamos con las buenas personas, ni en el buen lugar.
H.

2 comentarios:

  1. !Que bonito! y que real. Es cierto, la nostalgia de aquellos veranos permanece para siempre en el corazón. un saludo.

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  2. Gracias Marga por prestar atención y tomar tiempo para comentar.
    Los veranos son ciertas veces pura magia. De esa que cuesta olvidar aun con muchos ano en el contador.

    H.

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