martes, 15 de noviembre de 2011

La trapecista enamorada

Mi caravana y mi chico son mi única patria ¡son gajes del circo!
Pero... subida al trapecio, a la luz de los focos, no hay nadie más feliz que yo; una doble pirueta y sus manos me sostienen ingrávida en el aire ¡Que maravilla!
Todo ese precario equilibrio se truncó cuando le vi abrazado a aquella rubia.
Al día siguiente, en el salto mortal, rocé sus manos sin asirlas y caí al vacío, entre chillidos de espectadores.
Mi novio no logró convencer al juez de que había accionado la red, como todos los días, lástima de muchacho.


desasosegada


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