El final de los buenos tiempos le sorprendió silbando un blues a la luz de la luna.
Como tantos otros, no supo prever la caída al vacío, a pesar de las múltiples señales que las sombras y el viento habían depositado con mimo en mitad del sendero.
El advenimiento de los tiempos oscuros le arrebató la única posesión que había atesorado: su propio aliento...y, mudo, deambula de esquina en esquina, sin buscar ya porqués, obsesionado con llegar al final de cada día sin dar de comer al futuro.
Cronopio
De esquina se le iban los pasos, bajo el embrujo de un blue.
ResponderEliminarA una manzana más al sur de la ciudad, la caja de los por qués estaba cerrada. Así como los bancos, las iglesias y hasta la entrada del metro.
A falta de más preguntas le bastaba dejarse llevar por los acordes.
Si me permites. Un abrazo.
Nadie sin implicación causal supo prever. Y sólo quienes supieron están silbando, que es gerundio, justamente con tu aliento, con mi aliento, con su aliento, barriendo implacables todos los por qués.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con tu análisis, Anónimo.
ResponderEliminarA muchos nos pilló el cambio de tiempos silbando y solo unos pocos silban ahora. Unos pocos, que, como siempre... son los de siempre.
Gracias por leer y comentar.
Estamos conteniendo el aliento, en espera a que la sumas de alientos, derriben la caja de los por qués.
ResponderEliminarEstoy sentada sobre un arcón de respuestas, que permanece una manzana más al sur de la ciudad.
Un texto que se lee a sí mismo. Precioso. Un abrazo
Muchas gracias por tan hermoso y certero comentario, Albada.
EliminarConfíemos en que esa reunión de alientos sea lo suficientemente fuerte como para recuperar algún día el aliento que nos han robado.
Saludos.
Los busquen o no, los porques están ahi, solo hay que quererlos ver, sin centrarse sólo en su propio aliento. Son frágiles las burbujas anhidrido carbónico.
ResponderEliminarEl que va de esquina en esquina, si mira a su espalda, verá al mundo, inevitablemente, cambiando sin parar , pero sólo el orden de los colores del arco iris de siempre
Bello, aunque necesita un antidepresivo.
Lo que necesita es un salario y dignidad, con los que poder mirar la vida de frente y sin volver la vista constantemente por temor a la puñalada por la espalda: verás cómo desaparece la depresión reactiva. Ningún un arco iris escapista puede compensar.
EliminarDe acuerdo, pensamiento critico, -tan mal aceptado- acción cívica, como tesoros que tienen su coste.
ResponderEliminarPero no se puede equiparar la juteza económica con la indignidad.
La dignidad en un concepto mas abstracto
espiritual, y amplio, opino
Creo que nadie ha equiparado ambos términos aquí... pero imagino que admitirás que un empleo y un salario dignos (por muy utópico que suene eso hoy día) ayudan lo suyo a la hora de mantener la dignidad (valga la redundancia).
Eliminar'Dignidad hambrienta, dignidad muerta', ha dicho alguien.
ResponderEliminarUn salario y un empleo ayudan a vivir realizado, a organizar la vida,etc.
Pienso que la dignidad es otra cosa, es segun como se lleven las dificultades y las ventajas.Es mi opinión, aunque respeto la tuya.
Gracias por la aclaración, pero ya me había dado cuenta de que todo lo antedicho era "tu opinión".
ResponderEliminarSi me lo permites, sin embargo, te recomiendo que no extraigas frases del contexto en que fueron dichas o escritas... Eso suele hacer que no se comprendan en su totalidad y que se les atribuyan significados mucho más categóricos de los originariamente pretendidos.