Un tiovivo de colores, me traza como un punto indefinido; en una trayectoria errática, sin delatora traza de gases que queden atrás. Como subrayado de nubes delineadas. El anochecer enlentece el carrusel que se alimentade luz. Quedo supendido con un transfondo de noche que no logra oscuridad. Que camufla mi existencia. Que alimenta mi vivir. Que prepara mi retorno.Que me permite seguir. Que el negro no tenga tiempo de marchitarme por fín. No es ceguera necesaria. Es descanso, para mi.
Anónimo.
Anónimo.
Tu personaje parece moverse entre un aire que le empuja a salir y un gris marengo que le retiene.
ResponderEliminarUn bello texto, que se ilumina levemente, con el tiempo en que el negro no tenga tiempo de marchitarse.
Un saludo, Anónimo.
Gracias Albada por tus comentario.
EliminarEn realidad, lo que personalmente quiero, es que no me marchite a mi ese negro.
El negro no marchita. Hace volver más blanco.
ResponderEliminarApio
No es mi experiencia. Pero supongo su opiníón cargada de criterio.
EliminarGracias por el interrogante que me plantea.