Un disco de plata, que con su reflejo nos subyuga a todos, despierta nuestros oscuros instintos escondidos, transmutando nuestro natural buen hacer, en cazadores implacables de niñas encapuchadas , que relucen como bayas rojas en la negrura del bosque, incitándonos a cumplir con el ciclo biológico de los depredadores en la escala evolutiva. Cumplida nuestra misión, seremos victimas inocentes, de la difamación y distorsión de un simple lance boscoso.
Hechizados, aullamos reverenciando a la Luna. Alfred
Hechizados, aullamos reverenciando a la Luna. Alfred
Pareces el lobo..., quizas aquel del mundo al revés con los instintos propicios para "ligar" a las caperucitas que se te pongan por delante, como un simple trance inocente.
ResponderEliminarSuerte.
La inocencia la perdí, el primer día que voté, los corderos me hincaron el diente y ya no me soltaron. Mientras caperucita se me mostraba distante y hermosa, como un sueño inancanzable, y el bosque se espesaba, perdiendo la pista de la bruja hermosa, que nos enseñó amar a la luna.
ResponderEliminarAy la luna y los lobos cuánto juego dan.
ResponderEliminarTu mezcla con un cuento infantil es un buen ensayo de libreto de cine.
Un abrazo.
Las palabras del poeta son sabias, y dan para muchas lecturas, incluso para renacer en otro medio de expresión.
EliminarUn abrazo Albada.
Menos mal que había mas piratas honrados que príncipes malos, en ese mundo al revésn de Goytisolo.
ResponderEliminarLos piratas honrados aprendieron a tejer una red para capturar al príncipe malo, siguiendo las indicaciones de la bruja buena, pero un elefante huyendo del rey, qué quería cazarlo, siguiendo los deseos de una joven hermosa, la destrozó.
ResponderEliminarUn saludo.
Menos mal que había mas piratas honrados que príncipes malos, en ese mundo al revés de Goytisolo.
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