-Eres único. Ven aquí. Pídemelo al oído.
-Ok, como quieras. ¿Estás lista?
-Siempre.
Miguel se acercó muy despacio con el calor de su boca. Marta, dejándose ya arrollar por el fuego iba, resquebrajando el silencio.
-Miguel.
-Dime.
-Me estoy desvaneciendo, ¿qué estás haciendo? Virmared Santiago
-Ok, como quieras. ¿Estás lista?
-Siempre.
Miguel se acercó muy despacio con el calor de su boca. Marta, dejándose ya arrollar por el fuego iba, resquebrajando el silencio.
-Miguel.
-Dime.
-Me estoy desvaneciendo, ¿qué estás haciendo? Virmared Santiago
Se va difuminando la conversación.
ResponderEliminarDe Marta queda el hálito de un suspiro.
Miguel, abatido, no entiende nada.
El holograma se fue como llegó, de la nada.
Un saludo.
El relato no tiene la intención de plantear una conversación minuciosa, mas bien sólo un momento entre los dos, un momento íntimo que Marta ha propuesto. Miguel ha accedido a excitarla hablándole al oído y provocando que de placer ella se "desvanezca". Disfruto del minimalismo en estos relatos precisamente porque no me gusta meterme en el terreno del lector, por lo que de todas formas, aprecio infinitamente tu tiempo y respeto tu interpretación del relato. :)
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