El cuidadoso clic del gancho de la percha me alertó de su vuelta. Esperé alguna señal más pero ni la tabla del pasillo crujió, ni la puerta se abrió, sólo silencio... y así, esperando su tibio regreso a mi cama, me dormí de nuevo.
Al despertarme todo había cambiado, la casa estaba revuelta y cualquier cosa de valor se había esfumado, incluido a él.
Encima del sofá había una nota: "Gracias por todo, querida y un último consejo, jamás dejes la llave de tu casa a un desconocido"
Al despertarme todo había cambiado, la casa estaba revuelta y cualquier cosa de valor se había esfumado, incluido a él.
Encima del sofá había una nota: "Gracias por todo, querida y un último consejo, jamás dejes la llave de tu casa a un desconocido"
desasosegada
todo un detalle por su parte
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