-Me han dicho que es usted muy bueno.
-El mejor.
-No quiero que sufra.
-Tranquilo. Soy un profesional. Un tiro en la cabeza y se acabó. Totalmente indoloro. Será como caer en un sueño profundo.
-Ya. Tengo buenas referencias de usted. Le pagaré por adelantado.
-No es necesario. Con la mitad basta.
-Sí lo es. Sí en este caso...
-Necesitaré una foto.
-No le hará falta.
El sicario miró al viejo con un poco más de intensidad. Vio el cansancio, la enfermedad, el hastío, la melancolía.
-Comprendo... Hank66
-El mejor.
-No quiero que sufra.
-Tranquilo. Soy un profesional. Un tiro en la cabeza y se acabó. Totalmente indoloro. Será como caer en un sueño profundo.
-Ya. Tengo buenas referencias de usted. Le pagaré por adelantado.
-No es necesario. Con la mitad basta.
-Sí lo es. Sí en este caso...
-Necesitaré una foto.
-No le hará falta.
El sicario miró al viejo con un poco más de intensidad. Vio el cansancio, la enfermedad, el hastío, la melancolía.
-Comprendo... Hank66
El sicario tenía un resfriado de espanto. Para nada sirvieron los emplastos de monedas y billetes de 500 impolutos.
ResponderEliminarEl sol no amanecía para un sicario con escrúpulos.
Un abrazo Hank66
Jajaja, habrá que dedicarse a tan noble profesión, que este (des)gobierno nuestro no nos va a dejar otra opción... Un abrazo, Albada, gracias por leerlo.
ResponderEliminarEl sicario se aparto lentamente, dando la espalda con indiferencia, no le importaba el tiro de gracia pero quería sentirse lo más ajeno posible a su propio final.
ResponderEliminarUn saludo!
Hummm, un interesante final alternativo, Alfed. Muchas gracias por leerlo, un saludo.
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