Le costaba lo indecible superar el horror de pertenecer a una civilización que despilfarra mientras una parte de la humanidad sufre la penuria más atroz. Y cuando el desmoronamiento del suntuoso templo afectó sobremanera a su país, no fue capaz de soportar la hemorragia de unos mientras otros los ignoraban. No estaba dispuesto a tolerar que el lujo desmedido y el sufrimiento diario se convirtiera en una simple resignación. Y, una noche de cigarros insomnes,le dio por pensar en Al Qaeda jose cancio
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