Subió la escalera de caracol con gran esfuerzo. Sus piernas ya no eran tan agiles como antaño...Pero a medida que se adentraba en ella, toda su anatomía iba cambiando. Se sentía más ágil. Su semblante parecía rejuvenecer instantáneamente, de tal manera al llegar al final se miro en el espejo del aparador. Ahora, era una preciosa joven de apenas veinte años, con un pelo rubio ensortijado que resaltaba aún mas sus alegres ojos negros. Miro al frente, y abrió una puerta hasta entonces inexistente: Arboles frutales, cerca de un riachuelo estaban frente a ella. ¡La vida la había dado la oportunidad de ser feliz de nuevo! Sin pensárselo dos veces salió corriendo. Un hombre delgado con bigote negro gritaba. - Marta, te he estado esperando durante tres largos años- Ya estoy aquí de nuevo le contesto ella- La escalera de caracol había desaparecido...Solo aquel triste e inapetente estado de animo la había hecho envejecer.
Anonimo
Anonimo
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